El gobernador tamaulipeco le acaba de asestar un buen golpe político al Presidente AMLO, al señalar que estuvo esperando una buena noticia, pero que al final, no hubo ningún plan de rescate económico. Cabeza es hábil pues su señalamiento lo hace, desde la cresta del oleaje empresarial mexicano, cuyos capitanes no están de acuerdo en el manejo que la 4T le está dando a la crisis, provocada por la pandemia.
Al mismo tiempo, para efectos del ring tamaulipeco, la verdad es que, el gobernador sí le está ganando terreno a López Obrador, en materia de liderazgo y posicionamiento, de cara al 2021.
Con este tipo de declaraciones, Cabeza está poniendo en marcha, la conocida estrategia del ganar-ganar: 1).—A nivel nacional les dice a los grandes empresarios del país: “aquí estoy yo, para hacer equipo con ustedes, y véanme, puedo ser un buen candidato a la Presidencia”. Y a nivel estatal, el mensaje para el pueblo, es que: “nos dejaron solos, pero nosotros lo resolveremos unidos, como tamaulipecos”.
Lo más extraño de todo esto, es que, nadie, pero absolutamente nadie de los morenistas que aspiran a la candidatura a gobernador, se han dado por enterados. Y pareciera que esos enjundiosos grillos que apenas hace unos meses, solían cabalgar por la geografía tamaulipeca, armando convivios y ceremonias de auto elogio, hoy de plano han desparecido del escenario. Lo más lamentable, es que al callar sobre las fuertes críticas contra su jefe político, están dándole la razón al adversario. El que calla otorga.
La lectura de todo esto que les enumero, es que en Tamaulipas, el Presidente AMLO está tan solo, como el personaje de Gabriel García Marquez, (El Coronel no tiene quien le escriba), aquel veterano de guerra, que se la pasa esperando su jubilación por los servicios prestados a la patria. Aquí, ningún morenista le quiere retribuir a AMLO, los favores que les hizo, en la elección del 2018, al encumbrarlos a unos políticamente, y a otros dándoles empleos pomadosos en la administración pública federal, como el del Guasón, por ejemplo.
¿Como se refleja todo esto, hacia el seno de la sociedad tamaulipeca y de sus redes sociales? A diario se dan sus agarres, pero no pasa de ser un desahogo, pues llegado el momento de votar, se suben a la barda, como ocurrió el año pasado.
Lo que se ve es a un gobernador tamaulipeco que, sigue cuestionando severamente la ausencia de un plan económico por parte del sexenio obradorista, encaminado a enfrentar el desastre social y productivo derivado del COVID 19; por el otro la versión de una federación centralizante y no menos empecinada en hacer su voluntad, en lo que concierne a mantener la misma estrategia, traducida en no crear lo que los de la 4T califican como avalar un nuevo FOBAPROA.
¿Quién de los dos personajes públicos tiene la razón?
El epílogo de todo esto se verá en las elecciones del año próximo. El 2021, será la mejor medida para declarar triunfador a uno de estos dos protagonistas, de una guerra que ya no es tan fría, sino todo lo contrario.
Las diferencias entre el palacio del 15 y 16 Juárez y el Palacio Nacional, se dieron desde un inicio, por motivos de lo que en Tamaulipas se calificó como un mal reparto del dinero público.
Ya desde aquel entonces, mandatarios estatales de Chihuahua, Jalisco, Baja California Sur, Campeche, Michoacán y Tamaulipas, pegaron el grito en el cielo, señalando que la 4T, estaba descuidando las necesidades de las entidades federativas. En otras palabras les estaban alzando la canasta.
En su momento, aquellos cinco gobernadores en rebeldía, reclamaron un nuevo acuerdo de Coordinación Fiscal, que en palabras sencillas, no era otra cosa que, la exigencia de que el gobierno de la república, les devolviese un presupuesto más justo, ante lo que ellos aportaban a la federación.
Así se la pasaron todo el año pasado, jugando a las guerritas, entre ellas, aquella famosa manifestación de alcaldes tocando las puertas de Palacio Nacional. De igual manera hubo viajes y gestiones de los diputados locales tamaulipecos, tratando de abrir el ostión del dinero público federal. Enseguida se vino lo de los diferendos por la cancelación de los apoyos a los productores agropecuarios, pues el régimen de AMLO dijo que los subsidios serían directos y priorizando a los más pobres. Y luego vino lo del INSABI.
Todo esto que le estoy enumerando, constituye el antecedente, la hoja clínica o el historial de lo que ha ocurrido entre el gobierno de la república y un grupo de gobernadores, que no siempre han sido los mismos, pero donde Tamaulipas se ha mantenido como uno de las entidades más constantes, en lo que a oposición al gobierno federal se refiere.
La irrupción del Coronavirus a nivel global, y para efectos de nuestro análisis, en México, les cayó a los gobiernos opositores a AMLO, (especialmente a los del PAN, pues los del PRI, se han portado como corderitos), como anillo al dedo.
Finalmente los mandatarios estatales azules, encontraron una plataforma ideal para enfrentarse al Leviatán político de la 4T, dado que es en esta coyuntura, donde AMLO tiene que enfrentarse a adversarios de mayor peso. Y por estar atendiendo frentes de mayor dimensión, descuida la retaguardia, que es por donde le están atizando ahora los del PAN, sin que haya un morenismo tamaulipeco, capaz de defenderlo. Así de crudas son las cosas.
¿O acaso usted no se ha preguntado, donde están aquellos grillos morenistas, que a lo largo de todos estos meses, se la pasaron haciendo política barata, después de que el efecto AMLO los infló y ahora , no hay ninguno de ellos que se pare a refutar lo que el gobierno estatal está señalando públicamente contra su lider supremo?
La respuesta es que, aquí en Tamaulipas, y creo que en la mayor parte del país, MORENA sigue careciendo de estructura y de liderazgo. Todos ellos andan por las orillas, cuidando mezquinamente su ronchita de capital político.
Incluso a nivel nacional: ¿Dígame usted, cual es el peso político de MORENA y de su dirigente nacional, Alfonso Ramírez Cuellar….? Creo que por momentos el ex dirigente del Barzón, es tan gris o igual de intrascendente que Markito Cortés, el panista que los gobernadores de su partido, mantienen como su empleado político.
Esto que le digo, es algo muy relevante, porque, los opositores a AMLO están viendo que, si lo debilitan para el 2021, hasta ahí llegó la 4T, y el botín político sería muy grande.
Por ahí va el asunto.