Por: Ricardo Hernández.-

Amigos, ¡muy buenos días! El día de hoy vamos a hablar de la motivación. Muchas veces nos preocupamos porque pensamos que no tenemos temas como para motivarnos a escribir sobre algo; habrá quienes salgan a dar un paseo por los parques; otros lo harán cerca de un río, etc. Si te das cuenta cerca de ti existe mucho material para inspirarte a escribir: tu madre, tus hermanos, tus amigos, sobre el trabajo, puedes escribir tus pensamientos, de la escuela, de la lluvia, del tiempo frío, historias autobiográficas, etc., etc.

SUELTA LA MANO. Podemos realizar ejercicios de escritura todos los días para ir soltando la mano; incluso lo puedes hacer comenzando con un párrafo. ¿Por qué con un párrafo? Porque te vas a ir acostumbrando a redactar por medio de una estructura. Por ejemplo: si escribes siete líneas todos los días, durante una semana, a la semana siguiente escribe otras siete, sólo que esta vez tienes que brincar un espacio. Puedes practicar hasta con tres párrafos una vez que hayas dominado el ejercicio anterior.

Tengo a la mano cuatro libros: “La guía fácil del Marketing”, de Alexander Hiam; “La formación de un gobernante”, de Roderic Ai Camp; “El arte de ganar elecciones”, de Andrés Valdez Zepeda; “Al servicio de Su Majestad”, de Gordon Thomas. En todos esos libros su contenido -el texto- está separado por medio de párrafos.

Por eso es importante que desde un principio te vayas familiarizando con una estructura la cual va a ser muy útil para la comunicación con tus lectores; sobre todo, para que tus escritos sean leídos con claridad.

Ahora, es importante que cuando hayas terminado de redactar el párrafo enséñate a revisarlo todas las veces que sean necesarias: tres o cuatro veces. ¿Por qué? Pues para que te enseñes a identificar los errores desde un principio, y qué mejor que hacerlo en un texto breve, de un párrafo. Pudiera suceder que por escribir mucho no tengas la precaución de revisar con calma lo que escribiste, luego vendrán los comentarios o las críticas hacia tu trabajo y puede que no te agraden mucho.

Una de las razones por la cual no se te ocurre escribir sobre un tema en especial es que no te has dado la oportunidad de ordenar tus pensamientos. Antes de sentarte a redactar piensa en lo que quieres escribir, ordena tus ideas y una vez hecho esto, es el mejor momento para sentarte frente a la computadora. ¡Hasta pronto!