Nadie se acordó que el pasado 23 de marzo se cumplieron 26 años del cobarde asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta (QEPD), ni siquiera los priístas que año con año organizaban una ceremonia luctuosa en honor de quien fuera su candidato a la presidencia de la república en las elecciones de 1994.

          El dirigente nacional del PRI, Alejandro Morena Cárdenas ni siquiera emitió algún mensaje en memoria de Colosio Murrieta, como lo hizo el año pasado cuando era gobernador de Campeche y convocó a la unidad partidista ante aquellos que pensaban que el tricolor estaba muerto.

          Incluso, en aquella ocasión Moreno Cárdenas acuño aquella frase que fue un acicate para la militancia del PRI, puesto que en la política “los carniceros de hoy serán las reses del mañana”.

          Ahora nada, todo quedó en el pasado, ni siquiera el dirigente estatal del PRI, Edgardo Melhem Salinas, emitió un mensaje para convocar a todos aquellos priístas que se decían colosistas que trabajarán por la unidad del tricolor en lugar de irse luego de que gozar las “mieles del poder”, como lo hizo recientemente Manuel Muñoz Cano.

          De igual forma, el diputado local en Nuevo León, Luis Donaldo Colosio Riojas, no encabezó ningún acto público en memoria de su padre, tal vez porque se encuentra en una complicada situación política luego de la detención de su suegro en los Estados Unidos, acusado de recibir sobornos del Cártel de Sinaloa cuando fungió como titular de la Secretaría de Seguridad Pública durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa.

          A propósito, Genaro García Luna, ex-Secretario de Seguridad Pública y suegro del diputado local Colosio Riojas, solicitó ayer nuevamente salir bajo fianza para protegerse de contraer el coronavirus, luego de que varios internos resultaron positivos en las pruebas de contagio en el Centro de Detención Metropolitano de Nueva York, donde se encuentra internado.

          Las autoridades carcelarias de Nueva York reconocieron que el pasado 21 de marzo, uno de los internos dio positivo a la prueba del coronavirus, cuyo argumento esgrimió la defensa de García Luna para solicitar nuevamente que se le conceda salir bajo fianza.

          De regreso a que nadie se acordó de conmemorar el 26° aniversario luctuoso de Colosio Murrieta, no hay duda de que el legado del sonorense abatido en Lomas Taurinas de Tijuana, Baja California, quedó en el olvido a pesar de que “México sigue con hambre y sed de justicia”, como lo dijera en aquel discurso que dio ante el Monumento a la Revolución en la Ciudad de México.

          Se espera que cuando regresen los priístas del aislamiento por la expansión del coronavirus, se reúnan para conmemorar el legado de quien fuera su candidato a la presidencia de la república en las elecciones de 1994.

En otro tema, contrario a la Asociación de Bancos en México (ABM) que diferirá por cuatro meses el cobro de créditos de sus clientes, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió ayer en la conferencia matutina de Palacio Nacional que no habrá prórroga para la presentación de la declaración anual de personas morales que vence el próximo 31 de marzo, ni mucho menos habrá condonación de impuestos, a pesar de que muchos empresarios han sufrido pérdidas económicas a causa de la crisis sanitaria por el coronavirus.

          López Obrador no ve ni escucha a líderes de organizaciones empresariales en el país, como es el caso del dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walther, quien en reiteradas ocasiones ha criticado las decisiones que ha tomado en materia económica, como sucedió recientemente luego de que se canceló la construcción de la planta cervecera de la empresa Constellation Brands en Mexicali, Baja California.

          De Hoyos Walther, junto con otros dirigentes empresariales, entre los que se encuentra el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelí, criticaron abiertamente la “consulta popular” que propuso López Obrador en torno a la construcción de la planta cervecera, porque en se habían invertido 900 de los 1,400 millones de dólares.

          Ambos coincidieron en señalar que era acción tramposa e ilegal porque se trataba de una inversión privada, que sentaba un mal antecedente para otros inversionistas extranjeros, pero en respuesta el presidente López Obrador dijo no importaba porque hay que escuchar también a la gente, al “pueblo bueno”.

          No se descarta la posibilidad de que la empresa Constellation Brands presente una demanda en contra del gobierno mexicano porque no se respetaron los acuerdos suscritos en el Tratado de Libre Comercio (TLC), a pesar de que el dueño de la planta cervecera, Bill Newlands dijo estar dispuesto a dialogar con López Obrador para encontrar alguna solución y seguir trabajando en México.

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